lunes, 4 de mayo de 2009

Tema: Las actividades en la naturaleza. El senderismo.






1. Las actividades en la naturaleza. Definición y clasificación.

a) Definición. A la hora de definir qué entendemos por actividades en la naturaleza podemos adoptar varios criterios, nosotros, con ciertas matizaciones, estamos de acuerdo con la definición propuesta por la Secretaría de Estado de Juventud y Deportes de Francia y recogida por Acuña (1991): son aquellas que contemplan las siguientes condiciones en su práctica:

- Tienen un carácter físico, lúdico y de conocimiento de la naturaleza.

- Se practican por medios y/o esfuerzos naturales: fuerza muscular, fuerza del viento, fuerza del agua...etc.

- Se desarrollan en un medio no habitado y poco modificado por la mano del hombre.

- Entrañan un desafío al desarrollarse en un medio inestable (variable).


b) Clasificación. Podemos adoptar distintos criterios o indicadores para su clasificación. Desde nuestro punto de vista consideramos acertada la planteada por Bouet (1968). Este autor utiliza como criterios el lugar y el marco en el que se desarrolla y en función de los mismos, las clasifica en cuatro grandes grupos:

1. Actividades en la tierra: marcha, senderismo, acampada, escalada, esquí, espeleología, descenso de cañones y barrancos, puenting, carreras de orientación, pistas de rastreo...

2. Actividades en el agua: rafting, hidrospeed, piragüismo, remo, vela, windsurf, surf, submarinismo, esquí náutico...

3. Actividades en el aire: ala delta, parapente, paracaidismo, vuelo sin motor, vuelo con globo aerostático, aeromodelismo, vuelo de cometas...

4. Actividades del mundo animal: caza, pesca, turismo ecuestre...


2. ¿En qué consiste el senderismo?

El senderismo es una actividad físico-deportiva y cultural que consiste en hacer recorridos o excursiones a pie, de uno o varios días de duración, por el medio natural con el objetivo de conocerlo, tanto en lo que se refiere a la fauna y flora más característica del lugar, como a la cultura y costumbres de las gentes que habitan en los lugares por donde transcurre el recorrido. En consecuencia, en el senderismo, además de caminar, es importante contactar con la naturaleza conociéndola (flora, fauna...), respetándola, contemplando y disfrutando de los paisajes, conocer las costumbres y culturas de las gentes, etc.


3 Tipos de sendero. Símbolos y normas internacionales de señalización.

Dentro de la denominación de senda o sendero entran todos aquellos caminos (independientemente de su anchura) integrados en paisajes naturales, por los que se puede caminar a pie, en bicicleta o a caballo, y que son fáciles de seguir sin necesidad de conocimientos especiales.

En España, en Europa, en Estados Unidos y en Sudáfrica, muchos de estos caminos están señalizados, lo que permite andar por ellos sin miedo a perderse.

La idea de señalizarlos parece ser que surgió en Suiza, hacia 1934, desde entonces, bien a través de la creación de organizaciones como la Asociación Europea de Senderismo, o bien a través de otras ya existentes como ocurre en España con las Federaciones de Montañismo y Centros Excursionistas, se han señalizado multitud de senderos.

Estos senderos señalizados hay diversas formas de clasificarlos, atendiendo a su longitud los podemos dividir en varias categorías:

  • Senderos de gran recorrido: tienen más de 50 kilómetros y se identifican con las siglas GR, cualquier sendero de esta categoría está señalizado o balizado para indicar su recorrido o continuidad, por dos trazos rectos y paralelos, uno de color blanco situado encima de otro trazo de color rojo.

  • Senderos de pequeño recorrido: son los que tienen menos de 50 kilómetros, se identifican con las siglas PR y están señalizados por dos trazos rectos y paralelos, uno de color blanco situado encima de otro trazo de color amarillo. Cuando el recorrido es circular, es decir empieza y acaba en el mismo punto, se les suele añadir a la indicación de PR la letra C de circular (PR.C).

  • Senderos locales: cada vez más se está extendiendo la utilización de señales para senderos de menos de 10 kilómetros de recorrido identificándolos con los colores blanco y verde y se identifican con las siglas SL.

  • Senderos urbanos: igualmente se está utilizando una señalización de color amarillo y rojo para marcar rutas que transcurren por dentro de la ciudad, identificándolos con las siglas SU.


SEÑALIZACIÓN DE SENDEROS


Muchos de los senderos señalizados adquieren un carácter internacional o europeo cuando atraviesan por lo menos dos Estados, recibiendo entonces la sigla E (a veces se añade a la de GR) que indica sendero europeo, en la mayoría de las ocasiones estos senderos coinciden con los GR ya trazados en cada uno de los países.

Todos los senderos de gran recorrido señalizados están numerados, dicha numeración corresponde simplemente al número de orden que se les otorga, o en el caso de los europeos que cruzan España reciben el mismo número que tienen en el país donde se originaron. A veces están catalogados con dos números si son una variante, por ejemplo el GR 7 presenta las variantes GR 7.2, GR 7.3 y GR 7.4.

Las señalizaciones que debemos conocer, además de las ya indicadas sobre la continuidad del sendero y que se utilizan internacionalmente son:

- Marca que indica cambio de dirección del sendero: se emplea una doble marca, consistente en dos marcas reglamentarias situadas una debajo de la otra, separadas unos 2 cm. Bajo la marca se coloca una flecha que indica la nueva dirección.

- Marca que indica mala dirección: está constituida por dos trazos dibujados en forma de aspa o cruz de San Andrés, cada una de un color, blanco y rojo para los GR, y blanco y amarillo para los PR.

- Jalón: consiste en una placa de forma cuadrada, de 15 cm. de lado pintada de color rojo cuando en ella se indica que es un GR y en amarillo cuando indica que es un PR.

- Indicativo de dirección: se trata de una placa rectangular con un extremo en forma de punta de flecha, en el extremo opuesto a la flecha lleva pintado un rectángulo de color rojo o amarillo con las iniciales GR o PR, (según lo que indique sea la dirección hacia uno u otro tipo de sendero) y a continuación el nombre o número del sendero y alguna otra información adicional.


Para conocer la relación de senderos señalizados en la Península recomendamos que se consulte el libro titulado Gran recorrido. Guía de senderos del Estado Español de la editorial Prames. Como continuamente se están señalizando senderos nuevos y muchos de los señalizados se prolongan, la relación de senderos que aparecen en dicha guía nunca estará completa, por lo que hay que ponerse en contacto con las federaciones provinciales de montañismo para conocer con más detalle los senderos señalizados en una provincia o zona concreta. De los indicados en el libro, algunos tienen la topoguía ya realizada, pero la mayoría no.

Las topoguías son publicaciones que detallan pormenorizadamente un itinerario, con información tanto gráfica - mapas y perfiles del recorrido-, como cultural, sobre geografía -geología, clima, vegetación-, historia -poblamientos, arte, etc.-, naturaleza -flora fauna, etc.- costumbres, gastronomía..., y de tipo práctico como alojamientos, lugares de acampada, refugios, servicios de urgencia y auxilio...


Además de los senderos descritos anteriormente (GR y PR), en España se está poniendo en marcha otros programas de recuperación de caminos. Uno es el que pretende convertir en sendas las líneas de ferrocarril abandonadas y en desuso, transformándolas en rutas ecológico-turístico-culturales por las que se pueda circular andando, a caballo o en bicicleta, son las denominadas vías verdes. La entidad encargada de recuperar estas vías es la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, junto con RENFE y FEVE. Esta idea tiene además la ventaja de que los recorridos cuentan con los edificios de las antiguas estaciones, que una vez rehabilitados se convertirían en lugares de cobijo y avituallamiento.



Mapa de las Vías Verdes


Otro programa es el que proyecta la recuperación de las vías pecuarias, es decir, los senderos milenarios por los que tradicionalmente se hacía la trashumancia, y que recorren España de norte a sur. Estas vías tenían diversas categorías:

  • cañadas reales: unían puntos muy alejados y su anchura media era de 75 metros,

  • cordeles: pequeñas vías que unían las cañadas o que llevaban al ganado hasta las dehesas,

  • veredas y coladas: caminos de corta distancia y con una anchura inferior a los 20 metros.


Mapa de las Vías Pecuarias


4. Consejos al senderista: material y vestimenta en la práctica del senderismo.


Para empezar hemos de advertir que aquí trataremos de dar unas indicaciones generales, ya que el lugar por el que transcurra el recorrido de la ruta y la época del año, condicionarán la elección del material y la vestimenta más adecuados, pero si hay algo que verdaderamente nos ayuda a elegir correctamente es la experiencia y el sentido común, ambos son los mejores consejeros.

Hay dos ideas fundamentales que debemos seguir siempre, la primera es procurar llevar el menor peso posible, por lo que hay que calibrar bien lo que no es necesario, la segunda no olvidar nada que podamos necesitar durante la ruta. La sabia combinación de estas dos ideas nos hará llevar el equipo perfecto.

Una última advertencia antes de comenzar a hablar sobre el equipo, si la ruta de sendero la vamos a realizar junto con otros amigos o compañeros, conviene ponerse de acuerdo en quién lleva cierto material que puede servir para todos, por ejemplo un botiquín, no se de el caso de que todos lleven de todo, o que pensando que los otros ya van a llevarlo al final nadie lo incluya.


VESTIMENTA:

- Las botas. Es uno de los elementos más importantes, hemos de pensar que cuando de caminar se trata, cuidar los pies es fundamental. Hoy en día las fabrican especialmente diseñadas para senderismo. Entre las características fundamentales de unas buenas botas están: que pesen poco, con suela de gran adherencia y lo más resistente a la abrasión, confeccionadas con un tejido como el “gorotex” que a la vez es impermeable y transpira, deben tener la caña alta y acolchada para proteger eficazmente el tobillo.

Para más información consultar:

http://www.apeu.net/equipamiento/index.php?fil=botas

Es importante que queden ajustadas sin llegar a oprimir, por eso hay que probárselas con el tipo de calcetines que se usarán con ellas. No estrenarlas en una caminata larga, sino que conviene ir acomodándose a ellas poco a poco, en varios paseos cortos en los que ir probando también los calcetines más adecuados.

- Los calcetines. Para evitar rozaduras hay quien emplea dos pares, unos finos de algodón puro o con algo de fibra, que van en contacto directo con el pie y otros de lana o algodón que actualmente se suelen fabricar con un determinado porcentaje de fibra para que no encojan al lavarlos y duren más. El consejo más importante es que al ponerlos no hagan arrugas y que estén limpios y secos al iniciar cada marcha. Hoy en día ya los fabrican especiales para senderismo por lo que no es necesario utilizar dos pares ya que están muy bien diseñados.

- Los pantalones. Deben ser cómodos y lo suficientemente amplios para que nos permitan una total libertad de movimientos. Aconsejamos los realizados con fibras naturales (algodón, pana o lana). Si vamos a pasar por zonas de vegetación espesa y espinosa conviene que sean largos, si vamos por sendas despejadas los más prácticos son los de tipo bávaro, que son ajustados justo debajo de la rodilla. En verano se pueden llevar cortos, pero hay que tener cuidado con las rozaduras.

- Camisas y camisetas. En su composición son preferibles los tejidos naturales, así aconsejamos el algodón para el verano y las camisas de lana para el invierno. Deben quedar holgadas. Otros consejos interesantes que se debe tener en cuenta son: elegir las que llevan bolsillos, pues éstos son muy útiles para guardar documentación y otras pequeñas cosas; si son de colores claros absorben menos cantidad de radiación solar; mejor que sea de manga larga, ya que si se desea se puede subir la manga y quedar cortas, pero las de manga corta no se pueden alargar.

- Jerséis. La lana es el mejor tejido, deben quedar holgados, y es preferible llevar dos delgados a uno grueso, ya que abrigan más y sirven para quita y pon.

- Gorro y sombrero. Para invierno son mejores los gorros de lana tipo pasamontañas; en verano utilizar los sombreros de tela de algodón con alas para proteger también las orejas del sol, y que al quitárselos se puedan guardar en poco sitio.

- El anorak y el chubasquero o canguro. Para zonas y épocas muy frías los denominados anorak o chaquetas térmicas son imprescindibles, hoy en día los fabrican con tejidos especiales que son ligeros, resistentes y transpirables. El canguro o chubasquero es utilísimo y se debe llevar siempre, ya que ocupa muy poco espacio y nos resguarda eficazmente contra lluvias (imprevistas a veces), viento o nieve. Existen modelos que una vez recogidos se pueden sujetar a la cintura como una riñonera. Otros modelos tipo poncho, al ser muy amplios cuando nos lo ponemos protegen también la mochila y se pueden utilizar como manta, tienda de campaña improvisada, lona protectora, etc. Debemos asegurarnos de que su calidad sea buena y por tanto que sean completamente impermeables.

- Guantes. Los usaremos en el invierno o en recorridos por zonas muy frías, pero especialmente cuando el itinerario transcurre por zonas con nieve. Las partes del cuerpo que primero se enfrían son las extremidades. Si sentimos que el cuerpo se enfría demasiado rápido hay que protegerse bien, ya que manteniendo la circulación y el calor de las extremidades, se mantiene la circulación del tronco y por tanto de órganos vitales como el corazón y los pulmones. Esta es la razón fundamental por la que las manos y los pies deben estar adecuadamente protegidos. Actualmente en el mercado existen muchas calidades, los hay especiales para la nieve que son impermeables, ligeros y protegen de temperaturas extremas de varios grados bajo cero. Si sabemos que no vamos a andar por zonas con nieve, los de lana nos servirán adecuadamente.


MATERIAL:

- La mochila. Es un elemento fundamental del equipo, ya que en ella vamos a transportar todos los objetos y material personal durante el recorrido. Además es una carga que hemos de llevar a la espalda durante horas, por lo que su elección es algo que se debe hacer pensando en el uso que le vamos a dar y en el tipo de recorridos que con más frecuencia vamos a realizar, marchas cortas de un día, de fin de semana o de varios días.

A la hora de elegir una mochila las principales características que debe tener son:

- que pese poco,

- que esté realizada con materiales impermeables y resistentes, ofreciendo buenos cierres que aseguren una buena estanqueidad,

- que todos los correajes sean ajustables y que en especial los de las hombreras estén acolchados, si es posible que lleve correas para unión de las hombreras (zona pectoral) y correas de sujeción lumbar (anchas y también acolchadas),

- que el respaldo sea anatómico y acolchado, existen unas en las que el acolchamiento de la espalda se puede extraer y sirve de aislante para colocarlo en el suelo,

- que no lleve estructura metálica, pues hace que pesen más y son incómodas para la marcha a pie,

- hay mochilas que llevan detalles muy prácticos, como disponer de una cremallera en la parte inferior para acceder a objetos colocados al fondo, sin necesidad de sacar todos los de arriba, o que llevan prácticos bolsillos laterales,

- El tamaño de una mochila se mide en litros, las más corrientes tienen entre 30 y 55 litros, pero recomendamos que sea extensible y de esa forma puede llegar a unos 70 litros.

Distribución y correcta colocación de la mochila:

Colocar y distribuir correctamente los materiales u objetos dentro de la mochila también es importante, por lo que recomendamos seguir dos normas de sentido común como son el colocarlos tanto en razón del peso como de su utilización.

Los objetos más pesados deben quedar en la parte media alta y siempre cerca de la espalda, si todo el peso se concentra en la parte inferior, es decir, si el peso recae sobre los riñones o alejado de la espalda, nos producirá un desequilibrio al caminar que nos obligará a inclinarnos hacia adelante para contrarrestarlo, produciendo una fatiga innecesaria.

Los objetos que no utilizaremos hasta el final, como por ejemplo el saco de dormir, es lo primero que meteremos, además al ser una prenda tan delicada nunca debe llevarse en el exterior, se podría enganchar, rozar o mojar. A continuación se coloca el aislante o colchoneta, de tal forma que si la mochila no lleva acolchada la espalda, ésta nos puede servir para ello. A partir de ahí se van colocando otros objetos como el hornillo a gas, la tartera, ropa, víveres, plumífero, botiquín, etc., de modo que en la parte de arriba y en los bolsillos de la tapa superior o en los laterales pondremos objetos de utilización inmediata o más necesarios, como brújula, mapas, guías, gafas de sol, linterna, navajas, guantes, gorro, chubasquero, etc.

COMO CARGAR LA MOCHILA

- El saco de dormir. Lógicamente sólo será necesario cuando se vaya a pernoctar, y no siempre, pues en ocasiones si se va a dormir en un lugar cerrado y cálido (como por ejemplo un albergue), o en zonas y épocas en las que hace buena temperatura, con un saco-sábana o un saco-manta confeccionado por nosotros mismos, será suficiente para taparnos.

Si fuera necesario comprar un saco he aquí algunos consejos útiles:

- Hay que buscar la mejor relación aislante-peso-volumen.

- La forma y características dependerán del uso y lugares donde se va a utilizar, así para dormir a cubierto, en albergues, autocaravanas o cualquier otro sitio con temperaturas agradables, los modelos rectangulares con cremallera que al abrirlos pueden quedar como una manta, son económicos y prácticos. Por el contrario si se va a dormir a la intemperie o en condiciones de mayor frío, los sacos de tipo momia con capucha, son los más adecuados. Nunca debemos elegir un saco excesivamente térmico si no lo vamos a usar en condiciones extremas. Hay diversas tallas de saco que dan un largo y ancho distintos, hemos de elegir la que más se ajuste a nuestras medidas, ya que si lo elegimos grande costará más mantenerlo caliente, y en uno pequeño dormiríamos incómodos y mal. Los que llevan cremalleras facilitan la entrada y salida del saco, pero si no están bien protegidas pueden producir la entrada de frío y la fuga de calor. La capucha es interesante, ya que una cabeza fría provoca el enfriamiento del resto del cuerpo.

- Lo más importante del saco es el relleno, el recubrimiento exterior y cómo está cosido. Como la misión de un saco es retener el calor que desprende nuestro cuerpo y permitir, además, que la humedad que transpiramos salga fuera, y todo ello a costa de hacerlo para que tenga el mínimo peso, sea compresible y capaz de recuperar con facilidad su volumen, los fabricantes han tenido que buscar un diseño y materiales que normalmente hacen encarecer estas prendas. El material de relleno que mejor cumple con todas esas características es el plumón de aves acuáticas, pero al encarecer mucho el saco, los fabricantes han buscado fibras sintéticas que también dan buenos resultados. En uno y otro caso, el relleno sería ineficaz si no estuviera repartido con uniformidad y quedara compartimentado para que no se mueva, pues de lo contrario se acumularía en unas zonas y dejaría vacías y sin protección otras. Hay que prestar pues atención al tramado de costuras que presenta el saco. Sobre la tela exterior del saco la primera característica que debe cumplir es que sea transpirable, pero si además es impermeable, mucho mejor.

- Un último consejo, la humedad es el peor enemigo del saco, por lo que hay que ventilarlos bien después de cada uso, y cuando no se utilicen conviene guardarlos extendidos, colgados en un percha o con el mínimo de dobleces en una caja o bolsa. Aunque a veces los propios fabricantes nos explican en la etiqueta la mejor forma de conservarlos, en ese caso hay que seguir las instrucciones del fabricante.

- El aislante. Al igual que el saco para dormir sólo lo necesitaremos en caso de pernoctar, ya que nos aísla de la humedad del suelo y nos da comodidad protegiéndonos de piedrecitas y rugosidades del terreno.

- La cantimplora. Es un elemento imprescindible y personal. De los diferentes tipos existentes en el mercado las más recomendables son las metálicas, ya que conservan más fresca el agua. También son interesantes las de lona que una vez acabada el agua se pueden plegar y guardar en poco espacio. En cuanto al tamaño, las más usuales son las de litro y las de litro y medio. Como precaución conviene averiguar antes de salir si en los lugares por donde vamos a hacer senderismo existen fuentes o manantiales de agua potable, así la racionaremos convenientemente.

- Luces. La iluminación es imprescindible para marchas nocturnas o en las que preveamos que se nos puede hacer de noche. El sistema de iluminación más práctico es el que proporcionan las linternas y dentro de éstas las frontales, su único inconveniente son las pilas, pues tienen una duración limitada que disminuye en zonas muy húmedas o con mal tiempo, por eso llevaremos siempre las necesarias de recambio.

- Botiquín. La primera recomendación es no incluir en él todo tipo de medicamentos, como si de una farmacia ambulante se tratara. Aunque resulta difícil hacer una lista de su contenido que sea completa y mínima a la vez, he aquí un intento: tijeras, gasas estériles, vendas, esparadrapo, tiras protectoras adhesivas, algodón, antiséptico yodado, agua oxigenada, alcohol, jabón líquido, vaselina, pinzas, espray o pomada tanto para quemaduras como antiinflamatoria, analgésicos, crema de protección solar, un antidiarreico, un antivomitivo, y por supuesto cualquier medicación que se esté tomando por circunstancias personales.

- Otros utensilios:

- Navaja o cuchillo: que sea pequeño y pese poco. Existen los multiusos, pero en ocasiones llevan muchas aplicaciones que no se utilizan y los encarecen.

- Cordel: sin duda, nos puede sacar de algún apuro, por ejemplo sustituir una correa rota, para tensar, sujetar, etc.

- Papel y bolígrafo: sirven para tomar notas acerca del recorrido, incidencias, un teléfono, una dirección, etc.

- Cerillas: existen unas cerillas especiales antitormentas que se encienden a pesar de las inclemencias del tiempo.

- Imperdibles y clips: nos pueden sacar de apuros como un desgarrón o una cremallera rota, etc.

- Brújula y mapas: a veces serán necesarios para una adecuada orientación, especialmente si recorremos lugares completamente desconocidos o sendas no señalizadas en las que aparecen cruces y desvíos.

Además de estos útiles también es recomendable llevar monedas, documentación que nos identifique y con teléfonos de auxilio, tarjetas federativas o de seguros si las tenemos, y las mujeres deben prever la utilización de compresas.


Consejos básicos para realizar senderismo y montañismo con seguridad:

  • Intenta no ir solo y deja dicho en algún lugar la actividad, el itinerario y la previsión de horario que has planeado.

  • No sobrevalores tu experiencia y condición física, y pon especial atención cuando te acompañen personas con poca experiencia, ya que su fuerza y resistencia física puede ser menor.

  • Planifica previamente el itinerario a realizar, consulta mapas, libros o simplemente pide información a otras personas que puedan dártela. Conoce la distancia a recorrer y los desniveles que tendrás que superar, valorando si se trata de un recorrido a tu medida. Si consideras que la excursión excede a tus capacidades, valora la posibilidad de contratar un servicio de guías (http://www.aetda.com).

  • No olvides consultar la previsión meteorológica de la zona concreta por donde te vayas a mover.

  • Inicia la actividad a una hora prudente: cualquier eventualidad, si se hace de noche, es mucho más complicada de solucionar.

  • Prepara y revisa con tiempo, no a última hora, el equipo y material que vas a utilizar, así evitarás olvidos o sorpresas.

  • Nunca tires piedras ya que puedes provocar un accidente golpeando a personas que estén por debajo. Los pasos expuestos a caída de piedras crúzalos con sumo cuidado.

  • Recuerda que la actividad finaliza cuando llegas al punto previsto, así que si el recorrido es de subida y bajada, no descuides tu atención en los descensos, ya que es en esta etapa del recorrido cuando se producen la mayoría de los accidentes (no sólo por la mayor relajación tras haber terminado el ascenso sino también por el mayor cansancio acumulado).

  • Si observas que tu situación puede empeorar (por cambios de tiempo, proximidad de la noche, por ser el itinerario más difícil de lo que creías,...) piensa y valora la posibilidad de regresar. El sendero no se va a mover del lugar y tu tendrás muchas otras oportunidades para regresar, realizarlo y terminarlo.

  • Procura llevar el teléfono móvil u otro sistema para pedir ayuda en caso de accidente: (recuerda que el 112 es el número de las emergencias.

  • Infórmate sobre la existencia de refugios, pueden ser un apoyo importante para tu actividad.

  • Cuida la montaña, no dejes huella de tu presencia.

  • Si el itinerario pasa por un espacio protegido, no olvides informarte sobre la legislación vigente.

  • En caso de accidente, no pierdas la calma y actúa con tranquilidad, asegura al accidentado y el lugar del accidente. Evita ponerte tu mismo en peligro.

Si habitualmente practicas excursionismo, valora la posibilidad de formar parte de un Club de Montaña y de federarte. Para más información sobre qué es federarse y cómo hacerlo puedes consultar la página de la federación española de deportes de montaña y escalada : www.fedme.es

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